miércoles, 4 de mayo de 2011

Sobre la Infidelidad:



POR CARLOS SEIJAS. La relación se da sobre la base de la confianza y mientras veamos en el otro al enemigo no podremos abrirnos a él y confiar. Por ello vemos que nuestra sociedad entre muchos de sus males en cuanto a la vida en pareja, el triste pan nuestro de cada día es la infidelidad. Véase bien que la cultura nos ha enseñado a que la infidelidad es tener otro compañero diferente a nuestra pareja y punto. Mas la infidelidad conlleva en sí el engaño, no el tener otro compañero o compañera, el ser fiel a la pareja implica contarle las alegrías y tristezas, es más, implica que sí en verdad se le ama, comentarle que se está pensando tener otra pareja, al decírselo deja de ser infidelidad.

De igual forma que si la pareja sabe que se sale con alguien más porque se le ha compartido y conversado y ella está de acuerdo, no es infidelidad. Podrá ser bigamia, que es un asunto legal, pero no infidelidad. La infidelidad, tanto como la fidelidad o la confianza son asuntos de la ética.

Tomemos por ética un camino un sendero que nos ayuda a tomar decisiones en la vida, de esta forma la infidelidad es una falta a la ética de la pareja ya que conlleva el engaño, y extendiéndolo más, el engaño en cualquier ámbito. Si no le cuento lo que llena de felicidad o de tristeza mi corazón a mi pareja le estoy siendo infiel y por tanto no podrá confiar en mí, hasta que terminemos viéndonos como enemigos y odiándonos.

Por ello la confianza está cerca del amor. Se ama porque se confía, se confía la pareja, en sus amigos, en sus otros significativos. Se aman porque ese amor que se deposita en el otro les es dado de vuelta. Se ama porque se da lo que no se tiene, es decir la falta, el saberse sujetos al destino y necesitados del vínculo, necesitados del construir, no en soledad, sino que como se dice, se necesitan dos para el tango; se necesitan dos para la vida.

La gran pregunta es: ¿Cómo debemos comportarnos con el otro? ¿Cuál debería ser nuestra actitud hacia él? Podría desembocar en un duelo, un conflicto, una guerra; y el mundo está señalado con innumerables ruinas y campos de batalla, que demuestra el fracaso del hombre: no supo o no quiso llegar a un entendimiento con el otro. Sin embargo, también podría darse el caso de que, en vez de atacar y combatir, decida defenderse del otro separándose y aislándose; lo que trajo las torres y puertas de Babilonia, la Gran Muralla china, el limes romano y las pétreas murallas incaicas. Felizmente, en todo nuestro planeta hay pruebas abundantes, aunque dispersas, de una experiencia humana distinta: la cooperación… El otro dejó de ser sinónimo de algo extraño y hostil, peligroso y maligno, ya que descubrieron que cada uno llevaba dentro, un fragmento del otro y vivieron en tranquilidad.


LOS GRANDES DIJERON SOBRE LA FIDELIDAD



•SENECA: “La fidelidad que ha sido comparada con el dinero puede ser vencida por el dinero”.

•OSCAR WILDE: “Los hombres jóvenes quieren ser fieles y no lo son; los hombres viejos quieren ser infieles y no pueden”.

•THOMAS JEFFERSON: “la duda y los celos suelen engendrar los hechos que temen”.

•BENJAMIN WICHCOTE: “No hay hombre muy celoso que no sea hasta cierto punto culpable”.

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